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El extraño modo de moverse de los espermatozoides |
2025-07-04 |
Esta es una nota de mis colaboraciones en julio y agosto de 2020, en Onda Cero, en el programa de Eduardo Yáñez, al que agradezco su paciencia por permitirme hablar de tan peregrinas ideas. No es exactamente lo que dije. Son las notas que tenía preparadas a la hora de ponerme ante el micrófono, no lo que dije.
12 de agosto
El extraño modo de moverse de los espermatozoides
Unas de las primeras células vivas que se vieron con microscopio fueron los espermatozoides humanos. Fue en 1677 y lo hizo Anton van Leeuwenhoek, al que se considera le inventor del microscopio. Lo que vio fue su propio esperma en su primitivo microscopio.
En la publicación posterior dibujaba perfectamente la forma de los espermatozoides y decía que se movían agitando su cola como una serpiente. Es decir, de un lado hacia otro.
Y eso es lo que hemos creído durante 300 años. Sin embargo, esto es falso. Un reciente trabajo publicado en Science Advances el 31 de julio y cuyo autor principal es Hermes Gadêlha, demuestra que el movimiento de los espermatozoides es mucho más complicado.
Resulta que su cola no se agita de izquierda a derecha, sino que tan solo lo hace desde el centro hacia un lado. Si solo se moviera la cola, ese movimiento asimétrico haría que el espermatozoide diera círculos. No avanzaría. Es capaz de avanzar debido a que ADEMÁS de ese movimiento asimétrico, la cabeza del espermatozoide va girando, de forma que se compensa la asimetría.
La nutria se mueve de una forma muy parecida. Dentro del agua da vueltas como un sacacorchos.
Lo mismo hace el espermatozoide y por eso es capaz de avanzar a pesar de que su cola no se mueve hacia los dos lados sino solo hacia uno de ellos.
Este resultado resuelve un problema que había. La maquinaría dentro del espermatozoide tan solo permite un movimiento asimétrico y nadie sabía cómo se las arreglaba para avanzar.
Este trabajo en el que se han usado cámaras de 3D a 55 000 imágenes por segundo ha resuelto el enigma.
Para mí, lo más sorprendente de esta noticia es que hemos tardado trescientos años en darnos cuenta. Durante ese tiempo nos hemos creído algo falso. Por eso no está nada mal recordar que en ciencia, casi nada es definitivo, todo puede –y debe– cuestionarse.
Nada más.
Hasta la próxima
Enviado por flexarorion a las 08:22 | 0 Comentarios | Enlace
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