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Voces en el azul profundo 2025-06-06

Esta es una nota de mis colaboraciones en julio y agosto de 2014, en Onda Cero, en el programa de Eduardo Yáñez. No es exactamente lo que dije. Son las notas que tenía preparadas a la hora de ponerme ante el micrófono, no lo que dije.

Buenas noches a todos. Hoy quiero hablaros del canto de las ballenas.

Aunque a simple vista pueda parecer un tema singular, este fenómeno nos llevará a otras muchas reflexiones fascinantes.

Las ballenas son animales que pueden sumergirse a grandes profundidades en el océano. Cuando están cerca de la superficie, utilizan la vista para comunicarse mediante señales visuales. Sin embargo, en las profundidades marinas la luz no llega, por lo que este método no es viable. Como solución, han desarrollado un sistema de comunicación acústica realmente asombroso. Sus cantos, llamados y señales de alarma pueden viajar cientos de kilómetros bajo el agua.

Ahora bien, para alcanzar estas distancias tan extraordinarias, las ballenas no pueden cantar en cualquier sitio. La propagación del sonido en el agua depende de varios factores, como la temperatura y la presión. A medida que descendemos en el océano, la velocidad del sonido varía, hasta llegar a una profundidad donde esta es mínima. Es precisamente en ese punto donde la distancia a la que llega el sonido es máxima. Mínima velocidad, distancia máxiama. Este fenómeno ocurre aproximadamente a *[1.000 metros de profundidad*], aunque la cifra puede cambiar según la temperatura, la presión y la salinidad del agua. Este lugar especial es conocido como el canal de sonido de las profundidades, y es ahí donde las ballenas emiten sus cantos para alcanzar grandes distancias.

Este principio llevó a los oceanógrafos, en 1990, a preguntarse si sería posible medir la temperatura del océano a gran profundidad usando el sonido, ya que la velocidad de propagación acústica depende directamente de la temperatura. Inspirados por las ballenas, en 1991 realizaron un experimento ambicioso: instalaron emisores de sonido en la Isla Heard, ubicada en el sur del Océano Índico. Desde allí, aprovecharon los círculos máximos de propagación para que el sonido viajara por todo el mundo, alcanzando receptores en lugares tan remotos como Bahamas, Samoa, Hawái, California e incluso Oregón, en el norte de Estados Unidos. Sorprendentemente, en *[la Bahía de Coos, en Oregón, lograron detectar la señal*] transmitida desde Heard. La distancia entre ambos puntos, siguiendo el círculo máximo, es de 18.321 km.
¡Dieciocho mil kilómetros de propagación sonora en el océano!

Este canal acústico no solo es clave para la comunicación entre ballenas, sino que también ha sido aprovechado por los humanos. Se usa en la comunicación entre submarinos y tierra, aunque debido a las particularidades del medio, solo se pueden transmitir mensajes muy simples. Además, este canal se emplea en operaciones de rescate de pilotos que sobrevuelan el océano. En caso de accidente, los aviones portan una pequeña bomba de ruido diseñada para hundirse hasta 1.000 metros de profundidad antes de explosionar. La señal acústica viaja a través del canal de sonido hasta diversos receptores en tierra, permitiendo triangular la ubicación del avión siniestrado y así enviar equipos de rescate.

La comunicación acústica en las profundidades marinas es, sin duda, un fenómeno fascinante, compartido tanto por ballenas como por humanos en la exploración del océano.

Nos vemos en el próximo programa. ¡Buenas noches!

Enviado por flexarorion a las 16:13 | 0 Comentarios | Enlace


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