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Inicio > Historias > El optimismo fundamentado en la Ley de Moore
El optimismo fundamentado en la Ley de Moore |
2025-05-20 |
Esta es una nota de mis colaboraciones en julio y agosto de 2014, en Onda Cero, en el programa de Eduardo Yáñez. No es exactamente lo que dije. Son las notas que tenía preparadas a la hora de ponerme ante el micrófono, no lo que dije.
Como verán, en aquel lejano 2024 era muy optimista. Hoy soy pesimista. ¿Qué ha pasado para que ese optimismo se haya vuelto pesimismo? ¿Qué estupideces de agendas de colorines y doctrinas woke han puesto todo esto en peligro?
Pero vayamos a lo que pensaba entonces:
Tras un tiempo sin estar en contacto por razones personales, hoy retomo esta comunicación con gran entusiasmo. Para celebrar mi regreso, quiero hablar de algo esencial: el optimismo. Pero no un optimismo vacío, sino uno razonado y sustentado en hechos.
Para ello, os invito a reflexionar sobre la Ley de Moore, formulada por Gordon Moore, uno de los fundadores de Intel. Esta ley sostiene que, aproximadamente cada dos años, la capacidad de los microprocesadores se duplica al mismo precio. Aunque parezca un simple dato técnico, sus implicaciones son extraordinarias.
Si observamos la historia de la computación desde el año 1900 hasta hoy, encontramos que, durante más de un siglo, la capacidad de cálculo por unidad de costo ha seguido este patrón de duplicación. Imaginemos un experimento: si cada paso que damos es de un metro, tras 30 pasos habremos recorrido 30 metros. Pero si cada paso se duplica en distancia, de 1 metro al primero, 2 metros al segundo, 4 metros al tercero y así sucesivamente, cuando alcancemos el paso número 30, habremos recorrido 500 millones de metros. Esa es la magia de lo exponencial.
Lo mismo ocurre con la informática: cada dos años obtenemos el doble de capacidad por el mismo costo, generando un crecimiento exponencial en áreas clave como los procesadores, las memorias, los discos duros e incluso el ancho de banda de Internet.
Pero lo más fascinante es que este fenómeno no se limita solo a la computación. Hoy en día, la informática se encuentra en todas partes, y sectores fundamentales como la investigación científica dependen en gran medida de ella. Si la capacidad computacional se duplica cada dos años, la velocidad de la investigación también lo hace.
Dos ejemplos cruciales donde esto impacta directamente en nuestra vida son la farmacología y la medicina. Antes, desarrollar un fármaco implicaba años de trabajo e incontables intentos. Hoy, los programas de simulación buscan moléculas con precisión y velocidad sin precedentes. Lo mismo ocurre en la medicina: las herramientas de diagnóstico han aumentado su potencia y reducido costos, y las cirugías asistidas por robots son cada vez más comunes.
Si todo esto continúa duplicándose cada dos años, el futuro promete avances médicos rápidos y accesibles. Dentro de muy pocos años, tendremos tratamientos más efectivos y asequibles, así como una atención médica más sofisticada y universal.
Por eso, al mirar hacia adelante, veo el futuro con optimismo. No un optimismo ingenuo, sino fundamentado en la evolución imparable de la tecnología.
Nada más. Así acabo mi intervención de hoy. Gracias por estar al otro lado del micrófono.
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Este era mi mensaje en 2014. Hoy veo que muchas cosas se han cumplido, pero otras muchas se han truncado. Aquella Europa, por la que yo tanto luché (fui uno de los coordinadores de la introducciónn del Euro en Europa), ahora la veo como un conjunto de vejetes que en vez de hacer, legislan, sacan infinidad de normas, la mayoría de ellas irreales y estúpidas. Tengo.¿Tengo que recordarles ese tapón de botellas más molesto que una mosca cojonera? ¿Tengo que cabrearles recordando que cada vez que accedes aun navegador hay que dar tres o cuatro veces que has entendido que hay "cookies"? Una chorrada, pues si no lo aceptas no accedes. Estupideces europeas. ¿Y que me dicen de que las IA se expliquen? En primero de IA se sabe que las Redes Neuronales no pueden explicarse, los Sistemas Expertos sí, pero las RN, no.
¿Dónde quedó aquella Europa que yo soñaba? Ahora tan solo produce reglamentos, reglamentos, reglamentos, miles de reglamentos. Hemos llegado a la aberración de que las PYMES deben dedicar más tiempo a leer e interpretar los putos reglamentos que ha investigar, a mejorar procesos...
Soy tal vez solo estoy pesimista. Creo que Europa ha perdido la batalla. Nos han ganado por goleada Estados Unidos y China. Europa fue un hermoso sueño, pero al despertamos nos encontramos con un continente insignificante, intrascente, triste... preocupados por catastrofes que nunca existieron y que difícilmnente existirán.
Estoy triste y cansado.
Enviado por flexarorion a las 03:57 | 0 Comentarios | Enlace
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