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Internet y las vacas locas 2015-02-20

Como habéis visto, estos días ando husmeando en mis escritos antiguos. Es increíble cómo se pierden las cosas y, sobre todo se pierden las referencias. No sé cuándo escribí esto y no sé dónde se ha publicado. Pero estimo que fue en 2006 y que se publicó en alguno de los periódicos del País Vasco con los que colaboraba entonces. Tiene el formato de mi columna Big Bang en el Diario Vasco, pero no estoy seguro

Internet y las vacas locas

El kuru fue durante muchos años un rompecabezas para médicos y antropólogos. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa que afectaba a la tribu Fore que vive en Nueva Guinea. Lo extraño era que la mayoría de las víctimas eran mujeres, pero no sólo ellas, también había niños y ancianos. Ese hecho trajo de, cabeza a los investigadores, hasta que descubrieron que practicaban el canibalismo ritual, y que las mujeres y los varones que vivían con ellas, niños y ancianos, comían sus cerebros. Esa era la causa del contagio. Pero faltaba saber cuál era el agente infeccioso. La hipótesis de que se trataba de un virus que tardaba mucho en madurar estuvo vigente mucho tiempo. Sin embargo hoy sabemos que no existe ningún virus que produzca el kuru, ni ninguna bacteria. En sus síntomas, el kuru es una enfermedad muy parecida a la “enfermedad de las vacas locas” o su equivalente en seres humanos, la enfermedad de Creutzfeld-Jacob.

El kuru se transmitía porque los cerebros “infectados” contenían priones “enfermos”. No todos los priones son malos, de hecho son indispensable para el normal funcionamiento del cerebro. Sorprendentemente los priones “enfermos” y los priones “buenos” tienen una composición idéntica; están constituidos por los mismos aminoácidos en el mismo orden. ¿Cuál es, entonces, el problema? Es el plegamiento de los priones. Las proteínas son una larga cadena de aminoácidos unos detrás de otros. Pero si estuvieran en línea recta no funcionarían. Para que puedan realizar sus funciones deben estar plegadas, algo parecido a un hilo con el que hemos hecho una bolita enredándolo entre nuestros dedos. En la superficies de esa bolita hay entrantes y salientes, “montañas y valles”. Esa configuración “orográfica” es la que define las propiedades de las proteínas, y, por tanto, de los priones. Pues bien, los priones causantes del kuru están mal plegados, su orografía es errónea. Y lo que es más grave, son capaces de inducir plegamientos erróneos al acercarse a los priones “buenos”. Es decir, el defecto de los priones es capaz de transmitirse. Así se propaga el kuru y todas las demás enfermedades priónicas.

Conocer con exactitud cómo se pliegan las proteínas es la clave para poder combatir todas estas enfermedades. Hay algoritmos de computador que permiten predecir la forma en que se plegará una proteína conocidos sus componentes. Tener un buen conocimiento de todos los plegados posibles es fundamental. Pero hay un serio problema, estos algoritmos consumen muchísimo tiempo de computador. Muchísimo, más del que disponen la mayoría de los investigadores.

Un grupo de la Universidad de Stanford ha desarrollado una iniciativa muy interesante. Se trata de aprovechar los tiempo muertos de nuestros computadores personales, esos en los que aparece el salvapantallas, para estudiar los plegados de las proteínas. El proyecto se llama folding@home, que podríamos traducir como “plegando en casa”.

El que quiera ceder ese tiempo “inútil” de su computador para colaborar en la investigación debe conectarse a Internet, bajarse el salvapantallas y dejar que actúe.

Cuando me ausento un rato de mi despacho y al volver me encuentro en la pantalla de mi ordenador unas preciosas proteínas que se retuercen, siento que estoy colaborando en una excelente causa humanitaria. Me siento bien. Les invito a colaborar en una gran investigación científica, seguro que también se sentirán bien. (foldingathome.stanford.edu).


Félix Ares
Director de Miramón. KutxaEspacio de la Ciencia

Enviado por flexarorion a las 09:42 | 0 Comentarios | Enlace


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