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Inicio > Historias > El rescate de Artemisa, perdón: el rescate del satélite Artemis
El rescate de Artemisa, perdón: el rescate del satélite Artemis |
2003-03-01 |
El pasado 18 de febrero, el satélite de telecomunicaciones Artemis, logró alcanzar la órbita geoestacionaria.
La noticia no tendría demasiada trascendencia si no fuera porque lo ha logrado después de que el lanzador Ariane 5 sufriera un fallo y lo dejase en una órbita inadecuada. Mejor dicho, en una órbita muy mala.
Como muy bien sabéis, la órbita geoestacionaria, está situada a 36 000 km de altura. Es un órbita circular situada en el ecuador. Los lanzadores lo que hacen es poner el satélite en una órbita intermedia que se llama de transferencia. Esa órbita es elíptica y su eje mayor debe ser un poco menos de los 36 000 km finales. Con los motores del propio satélite la órbita se va haciendo circular y creciendo un poco. El resultado final debe ser una órbita circular a 36 000 km.
También es muy importante el ángulo de la órbita. Se quería que Artemis tuviera dos grados de inclinación.
Por un fallo en etapa superior del lanzador, el satélite se quedó en una órbita con un apogeo de 17 487 km y un perigeo de 590 km, con un ángulo de 2,9 grados. La órbita era aproximadamente la mitad de la deseada y el ángulo también era incorrecto.
Los motores que utilizan habitualmente los satélites para salir de la órbita de transferencia e ir a la órbita final no tienen combustible para un cambio de órbita tan brutal como el exigido en este caso. Tengamos en cuenta que el apogeo debía aumentar más del doble.
Con los motores destinados a ello, era imposible. La avería había sido demasiado gorda. Pero... además, Artemis, llevaba unos motores de propulsión iónica, cuya misión era mantenerlo bien orientado. Mantenerlo bien orientado, una vez que estuviera en la órbita geoestacionaria.
Los motores de propulsión iónica, muy recientes en los satélites comerciales, lo que hacen es ionizar un gas y acelerarlo en la dirección adecuada. Acción y reacción. La ventaja es que la energía es eléctrica y ésta la podían obtener de los paneles solares.
El satélite se había lanzado el 12 de julio de 2001.
Al ver la avería, la mayoría dieron por perdido el satélite que había costado nada más ni nada menos que 820 millones de Euros.
El primer paso que se hizo fue utilizar los motors químicos para mejorar la situación. Entre el 18 y en 24 de julio de 2001 los encendieron para situar a Artemis y sus paneles solares (esto es importante) y desplegar las antenas a una distancia de 31 000 km. Lo lograron, aunque en una órbita con una inclinación de 0,8º. Faltaba moverlo unos 5 000 km y cambiar la inclinación.
Se pusieron a pensar en un modo de utilizar los motores iónicos para, poco a poco, a paso de tortuga, ir elevando la órbita.
El software no estaba preparado para ello, pero se podía hacer un upload (nunca mejor dicho) del mismo. Claro que había que modificar más de un 20% del programa, nunca antes se había hecho algo semejante. Pero alguna vez tiene que ser la primera.
El software estuvo preparado en diciembre de 2001. Lo mandaron al satélite y los cuatro motorcitos, de una potencia minúscula, se pusieron a trabajar las veinticuatro horas del día. Poco a poco, a paso de tortuga -concretamente a 15 km por día- empujado por una fuerza de 15 mili-Newton el satélite se fue alejando de la Tierra.
Cuando ya estaba casi en su sitio, se hecho mano de los motores químicos para los retoque finales. El 31 de enero de 2003, Artemis estaba en su órbita orientado adecuadamente.
Sin duda un éxito. Por primera vez se habían utilizado motores iónicos para elevar la órbita.
Así que ahora Artemis está preparado para su misión que era fundamentalmente demostrar que se podían intercomunicar satélites en banda ancha mediante láser.
Muchas de las pruebas se habían hecho mientras estaba en la órbita equivocada. Por ejemplo, en noviembre de 2001, el satélite de observación terrestre Spot-4 tomó una foto de Lanzarote (Canarias) y la envió mediante el láser a Artemis. Artemis la envió a la tierra.
Los satélites había sabido orientarse y la comunicación había tenido lugar.
Pues nada, lo dicho, ya está todo en su sitio. A pesar del fallo del Ariane, el satélite está donde debía haber estado hace muchos meses, pero está.
Satélite hablando con Spot 4:
Foto enviada por láser entre Spot 4 y Artemis:
Página de Artemis de ESA.
Enviado por flexarorion a las 04:42 | 1 Comentarios | Enlace
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Comentarios
1
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De: caligula_01@hotmail.com |
Fecha: 2005-08-13 18:28 |
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Lanzarote
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