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Consultorio de la señorita Flexar Oriona 2003-10-31

Carta de un admirador

Vergancio Poyales Penín
Camino de las pajas 7
Falucho de la Sierra

viernes, 31 de octubre de 2003

Estimada Srta. Flexar Oriona,

me atrevo a escribirle a usted a su consultorio radiofónico para ver si puede ayudarme en un problemilla que me ha surgido.

Se trata de que hace poco compré un ordenador y me conecté a Internet. En la tienda me dijeron que era muy interesante tener una cámara web y enviar sus imágenes a una página web. Así lo hice. Conecté la cámara, puse un programa que transfería las imágenes a un fichero FTP -¡la de palabros de veinte duros que he aprendido con esto de la Intené- y al abrir mi página personal me veo tecleando en el ordenador. Se me olvidaba, no siempre se ve la misma foto, un amigo me dijo lo que tenía que hacer y ahora la imagen se actualiza cada cinco minutos.

La verdad es que la cosa tenía poca gracia, mi cara, mirando al teclado, actualizada cada cinco minutos.

Era soso, pero ahí estaba. ¡Y lo había hecho yo, Vergancio Poyales!

El caso es que el otro día me fui a duchar y en mitad de la faena me llamaron por teléfono. Salí a contestar, sin darme cuenta de que el teléfono está delante de la cámara; así que ya se puede imaginar usted que la foto siguiente, en mi página, era la mía tal como me trajo mi madre al mundo -bueno, un poco más crecido-, en pocas palabras: en pelota.

Al principio me preocupé, pero luego me dije: total, sólo ha durado cinco minutos, así que no hay peligro de que me nadie me haya visto.

Me quedé muy tranquilo.

Pero hete aquí que al día siguiente recibí un correo -en inglés- diciéndome que la tenía muy corta y que me ofrecían un método infalible para alargar el pene -bueno, ellos decían penis, ya se sabe lo finolis que son los los ingleses.

Me quedé muy preocupado. Me habían visto y se habían reído de mi pene. Menos mal que eran ingleses y no me hicieron chistes con mi segundo apellido, como hacen los españoles.

Volví a leer el anuncio y vi que el método era unas píldoras. Las pedí, pagando con mi Master Card -hace tiempo que pasé de la Visa-, y a las dos semanas me tomé la dosis que me recomendaban ; mejor dicho, me tomé el doble para aumentar la eficacia.

La verdad es que empecé a notar que la cosa crecía, sobre todo al ver a Inmaculada -la vecina del tercero-; pero esa es otra historia.

El caso es que andaba yo muy contento por los progresos y casi agradecí aquel descuido del teléfono y la cámara web.

Andaba muy contento, tal como ya le he dicho, pero recibí otro correo en el que casi, casi se reían de mi miembro viril. El tamaño sí importa, decía una señora -creo que era una señora-; en nuestra clinica hacemos la operación de crecimiento de pene con todas las garantías.

Coño, me dije, otra que me ha visto por la webcam. Claro, será una versión antigua -la del día que salí de la ducha. ¿Qué puedo hacer?

Entonces se me ocurrió poner mis partes delante de la web y emitirlas durante veinticuatro horas. No, no es que estuviera las vienticuatro horas delante de la cámara. Lo que hice fue cambiar la frecuencia de actualización en el HTML -otro palabro de veinte duros- de mi página web.

No cabe duda de que las vieron pues al día siguiente me llegaron tres e-mails con el ofrecimiento de hacerme crecer el pene y otro e-mail de de una farmacia que me vendía Viagra en cajas de cien unidades.

Ni que decir tiene, Srta. Flexar Oriona, que esto me deprimió bastante; tanto que me decidí ir a operarme a Miami.

A la vuelta, estaba yo muy contento y decidí que todos vieran mi nuevo y crecido aparato; me puse en la webcam y se lo mostré a mis admiradores. Estaba seguro de que esta vez ya nos les parecería pequeño y que ya no tendría más mensajes de correo ofreciéndome hacerme crecer el penis.

¡Que desilusión! La semana siguiente me llegaron veinte mensajes que me ofrecían una crema y unas pastillas para crecer el pene, operaciones nuevas más efectivas, y más Viagra y otras pastillas similares a la Viagra -según ellos- pero más baratas.

Compré un montón de pastillas, de todas las marcas, por si las moscas; me las tomé...

Le quise enseñar el nuevo aparato a Inmaculada, pero me dio una torta. ¡Qué poco quieren colaborar las chicas de hoy con las preocupaciones de salud de sus vecinos!

El caso es que mi nuevo miembro era grande, pero empezó a causarme molestias.

Fui al médico y me dijo que tenía algo así 'piar en el istmo'. Me supongo que será alguna enfermedad específica de los 'pájaros' que pian al cruzar el Istmo; no sé qué istmo, a lo mejor el de Panamá. La verdad es que lo crucé al ir a Miami. No es una ruta habitual; pero fui en un vuelo barato, con muchas escalas, y una de ellas fue en el aeropuerto de Tocumén.

No me atreví a preguntarle lo que era. Pero me ha dicho que la solución era mala. Que la estudiaría y dentro de veinte días me diría algo.

Estoy muy preocupado, ¿podría decirme qué tengo? ¿Hay alguna solución para estas enfermedades tropicales?

Escucharé su respuesta por la radio.

En espera de que pueda ayudarme con sus doctos consejos, le saluda muy atentamente,

Vergancio Poyales Penín
De Falucho de la Sierra

PD. Su consulta es lo mejor desde que se murió la Srta. Francis.


RESPUESTA

Estimado Vergancio,

a usted lo que el médico le ha dicho es que tiene priapismo. Así: priapismo. Mire usted en el Google y se enterará de lo que es. O si lo prefiere, mire esta historia en Blogalia.

Mi consejo es que también mire usted lo que significa la palabra Spam y, por favor, no vuelva a hacer caso de los mensajes no solicitados que le lleguen por su correo.

Si, tras mirar en el Google, no queda usted satisfecho con mi respuesta, no dude en volver a ponerse en contacto conmigo.

Suya afectisima

Dr. Flexar Oriona

Enviado por flexarorion a las 09:20 | 3 Comentarios | Enlace


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Comentarios

1
De: eledhwen Fecha: 2003-10-31 17:30

:mpffff
Es muy ilustrador.



2
De: Ctugha Fecha: 2003-10-31 19:27

Hilarante :D



3
De: Pérez Fecha: 2003-11-01 19:22


¡Ya! Un oyente, claro. Estas cosas siempre le pasan a un conocido, un amigo o "un oyente".

En fin, cuidao con la puerta del ascensor.



© 2002 flexarorion